Hoy dejo un escrito que hice hace muchos años, inspirado en otras personas; una engañaba y la otra se dejaba engañar. Creo que a veces viene bien, liberarse de ese sentimiento reprimido que uno lleva oculto, cuando ve que su vida no va como debería por causas ajenas a él. Es una buena idea, escribir todo el resentimiento y seguir con tu vida. No hace falta justificarte delante de nadie, salvo de uno mismo. Y la venda se cae sola... Este texto va dedicado a todas esas personas que se sientan así en su momento actual.
Si pudiera ser espontáneo en este momento, diría que siento rabia y engaño nuevamente. Desde mi punto de vista, creo que siempre he intentado ser complaciente en la distancia, decir bonitas palabras, ser comunicativo y sobre todo he intentado ser tu amigo. Desgraciadamente intuyo un claro rechazo por tu parte, que se repite mail tras mail. Es una evidencia el ver cómo te conectas a la página que nos unió y ahora nos desune. Me duele ver una y otra vez, a lo largo de estos meses, cómo tienes tiempo para entrar en esos lugares y no molestarte en escribir aunque fueran una breves palabras de aliento, de saber que estás bien. Empiezo a comprender que sientes hacía mí poca empatía y yo hacía ti una desmesurada empatía que no te mereces. En otras palabras, me he puesto demasiadas veces en tu pellejo, como si fueras tú, en lo que tienes que estar padeciendo. Pero todo tiene su límite...
Sí, estoy enfadado contigo, por ese desprecio tuyo que se traduce en silencio, justo lo que más duele... la indiferencia. Me lo hiciste una vez y me lo vuelves a hacer por segunda vez. Definitivamente me equivoqué contigo, pensé que eras para mí, pero eres tan egoísta, que solo pensabas en ti. No eres diferente a muchas de las personas que he conocido en mi vida. Yo te puse en un pedestal y yo te bajo de él. Ya no te puedo ver como algo más y difícilmente puedo entenderte como un amigo. No entiendo el por qué de tu silencio, el no decir las cosas a la cara, no entiendo por qué juegas conmigo, sabiendo lo que yo sentía por ti, no comprendo por qué eres tan cobarde para aclararme qué pinto yo en tu vida o es que no sabes explicarte?. Gracias a ti, me volví en su día un paranoico, gracias a ti, aprendí a desconfiar de las personas y gracias a ti, veo que en la página donde nos conocimos, las personas misteriosas son las que ocultan otras intenciones o las suyas propias.
No voy a enviar este email, porque ni te lo mereces. Pero doy por concluida mi historia contigo. Es preferible que no llames, ni aparezcas más en mi vida. Hoy día X del Mes X, finaliza la era TU. Estoy cansado de ti, ya no me motivas. Y mi vida queda abierta a otras historias. Quizás parezca una típica reacción del momento, pero la verdad es que ya estaba sintiendo un alejamiento desde hace unas semanas, que se estaba traduciendo en la educación por ser un amigo tuyo. Es suficiente, soy bueno pero tonto no soy. Si esto es motivo de un malentendido, espero que tenga un buen razonamiento. Los hechos es que yo envío emails y de ti no he recibido nada, hechos son que tú te conectas, hechos son que casi siempre he sentido que yo iba detrás y esto ha terminado. X apañátelas como puedas y que otro te entienda, aguante tus inseguridades internas no dichas. Fin.
Hace tiempo que los días son grises en mi corazón, pero de todo se cura uno en esta vida. Aquí dejo una versión de una de las más bellas sevillanas que escuché desde que nací, en la voz desgarradora de esta mujer, que le da una nota más lúgubre que la versión oficial andaluza. Lo prefiero así, porque sin lugar a dudas, es un sentimiento crítico que más de una vez alguno ha pasado en su vida.
El Adiós
I.- Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, cuando un amigo se va, algo se muere en el alma, cuando un amigo se va. Cuando un amigo se va y va dejando una huella que no se puede borrar, y va dejando una huella que no se puede borrar. No te vayas todavía, no te vayas por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.
II.- Un pañuelo de silencio a la hora de partir. A la hora de partir, un pañuelo de silencio a la hora de partir, un pañuelo de silencio a la hora de partir. A la hora de partir, porque hay palabras que hieren y no se deben decir, porque hay palabras que hieren y no se deben decir. No te vayas todavía, no te vayas por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.
III.- El barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar. Cuando se aleja en el mar, el barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar, el barco se hace pequeño cuando se aleja en el mar. Cuando se aleja en el mar y cuando se va perdiendo que grande es la soledad, y cuando se va perdiendo que grande es la soledad. No te vayas todavía, no te vayas por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.
IV.- Ese vacío que deja el amigo que se va. El amigo que se va, ese vacío que deja el amigo que se va, ese vacío que deja el amigo que se va. El amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar, es como un pozo sin fondo que no se vuelve a llenar. No te vayas todavía, no te vayas por favor, no te vayas todavía que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.
Hay amigos que se van un día y ya no vuelven más. Otros amigos se van sin decir nada tras una discusión. Otros amigos se pierden en alguno de sus problemas y que no comparten por sentirse indignos de lo que les sucede. Otros se van alejando poco a poco porque dejan de tener interés por ti. Otros amigos hacen su vida junto a otra persona, con la que tienen una familia y dejan de comunicarse contigo. Y otros, los que más quieres, un día te das cuenta, que lo que tanto ensalzabas no era correspondido hacía ti, porque te trataba como uno más del montón, eras un simple caprichito del momento o un pasatiempo. Todos ellos, son pedacitos de tu corazón que se va rompiendo con el paso del tiempo. Y al final, solo quedas tú y tu soledad.
Estaba dando un paseo más como cualquier otro día. Caminaba sola por las calles de mi ciudad. Hacía un estupendo día soleado y una temperatura ideal, que me permitía ir con pantalones y camisa de manga larga sin pasar calor, apesar de estar en pleno mes de Junio. Mi reflejo en los escaparates era la de una aparente chica joven, con estilo, segura y atractiva. Mi mente iba como siempre a su bola, pensando en mil cosas a su paso por cada rincón de la acera. Sabía que tenía un tema tabú en el cual no debía pensar... pero inevitablemente me sorprendía una y otra vez pensando en él. Era una batalla perdida una y otra vez desde hacía muchos meses e incluso años. Hablo del verdadero amor de mi vida. No había ninguna duda, estaba claro que era él sí o sí, era lo que yo siempre he querido en mi vida, la persona que siempre he deseado que me acompañara en el transcurrir de mi cotidianidad, pero a su vez era mi eterna pesadilla, porque no era correspondida. No me quería, pero tampoco me ignoraba. Estaba atrapada en el tiempo, porque sabía que él estaba hecho para mí por mil razones que ahora no voy a escribir.
Así que hoy me salté mis propias normas y atrapé su olor en un probador de su perfume favorito en un centro comercial muy popular. Aspiré con fuerza su aroma que inundó todos mis sentidos y a continuación lo metí en mi bolso. Era como si parte de él me acompañara... una idea un tanto romántica y bobalicona, pero me hacía ilusión. Supongo que cuando uno no tiene nada, pequeños detalles son los que te llenan el día a día. Sabía que por naturaleza eramos muy diferentes, ya que yo soy mujer y él es un hombre en todos los sentidos. Ya había leído mucho sobre el tema y yo me reafirmaba una y otra vez, pero ahora más que nunca era consciente de estas diferencias. Recientemente me había leído un libro que expresaba muy bien estas aparentes divergencias entre dos personas de sexo opuesto... pero apesar de ello yo sabía que había magia entre los dos. A los dos nos pasaba igual, educados en grandes colegios, instruidos con exquisitez en la vida misma, nos hacía percibir esa esencia tan selecta cuando estábamos juntos e inevitablemente saltaban chispas, a veces a uno más que al otro, pero en definitiva se traducía en esa maravillosa química, que pocas veces te seduce a lo largo de la vida. Yo era tremendamente consciente de ello, pero él no, por eso no era correspondida al nivel que pudiera considerarse aceptable.
En fin, que cuando dejaba libre mi subsconciente, me dejaba llevar por mis pensamientos-sentimientos... la física hacía su aparición. La simple recepción de su olor producía que mis poros sudaran y mi corazón se disparara. Recordaba con emoción el roce de su piel con la mía, sus labios saboreando los míos y su textura dentro de mí, que me hacía explotar una y otra vez. Toda yo se contraía una y otra vez, me tensaba y le anhelaba. Me preguntaba una y otra vez hasta cuando sentiría esa sensación, cuando podría desprenderme de ese agridulce recuerdo. Le sentía como si fuera mi marido, pero no lo era, lo amaba como si no hubiera existido nadie más en mi vida, pero era consciente que era inviable. Mil preguntas asaltaban mi cabeza, como por ejemplo, si él era consciente realmente de este enorme sentimiento que yo tenía hacia él, de que no había posible opción al abandono. No había ninguna pega, no podía mandarlo a la mierda apesar de todos los numerosos problemas que él tenía, yo amaba a ese hombre, amaba su esencia y era única e irrepetible. Mi sentimiento era de resignación, conformarme con la nada, porque no había salida alguna, era yo y solamente yo, sin contar con él.
Pero en días como hoy... la excitación estaba a flor de piel. Su existencia me embriagaba todos los sentidos y el saber que yo le excitaba, me excitaba y que yo consiguiera que en pocos minutos tuviera un orgasmo con solo el recuerdo de haber estado juntos una vez era suficiente para sentirme viva y deseada. Ya sé que pudiera ser algo obsceno y grotesco, pero es mi amado hombre, el príncipe de mis sueños, el rey de mis orgasmos y el que conseguía todo de mí. Era increíble ser consciente de su enorme influencia sobre mí, que me hacía pasar por los estados más salvajes de la vida de un ser humano; desde la mayor euforia, que me impedía pronunciar una frase coherente y temblar como un pajarito asustado, por el solo hecho de ser acariciado, hasta la mayor ansiedad, depresión y tristeza por el simple pensamiento de su perdida. No me sentía a salvo de su influencia aunque estuviera en la otra punto del planeta, su estela era brillante en mi ser. Yo simplemente me limitaba a existir, a estar, sin presionar, sin influenciar, sin agobiar... esperando, con esperanza, que ocurriera algún milagro y que finalmente fuéramos una pareja realizada, pero no dependía de mí, mi parte simplemente estaba en stand-by, esperando a que él se diera cuenta que lo necesitaba en mi vida y que él tendría que necesitarme en la suya, para que se diera con soltura era bonita unión, como tantas otras uniones había en este mundo.
PD: Yo tampoco te olvidaré y siempre te querré...
Letra de "No Te Olvidaré" (Pablo Alborán):
Enciende las luces
En este puerto donde esperas mi barca
Para que regreses, me llenes de sueño y devuelvas mi calma Porque si te pierdo yo no me encuentro Porque eres parte de todo lo que soy
Yo no te olvidare siempre te querré
Nada nos podrá separar jamás
Dentro de mí cuando me acuerde de ti
Tu luz me guiarás y me iluminarás
Desde la distancia Cada día que pasa se hace más fuerte mi amor Porque que tanta alegríami vida no se puede perder y a pesar de lo lejos que estés,
Sigue viva tu magia en mi ser
Y si te pierdo yo no te encuentro
Porque eres parte de todo lo que soy
Yo no te olvidare siempre te querré
Nada nos podrá separar jamás
Dentro de mí cuando me acuerde de ti
Tu luz me guiarás y me iluminarás
Lo eres todo para mí
Mi voz siempre será tuya
Hoy el viaje acaba aquí
Que mi alma lleva tiempo desnuda
Yo no te olvidare siempre te querré
Nada nos podrá separar jamás
Dentro de mí cuando me acuerde de ti
Tu luz me guiarás y me iluminarás
