jueves, 22 de noviembre de 2012

Cuento de Hadas. One year ago...

          Hoy hace justo un año que ocurrió algo maravilloso en mi vida y de esa experiencia, surgió este particular CUENTO DE HADAS, que remito en esta entrada. En la vida, a veces ocurren momentos insólitos que te hacen ser mejor persona. Yo, esta historia se la dedico a estos dos protagonistas, que me inspiraron a sentirme realizada. Prueba de ello, es éste, su amuleto de la suerte, una piedra piramidal de OJO DE TIGRE.


             Besas el cielo para luego estrellarte contra el frío suelo, esa es la realidad del día a día... Hoy quiero contarte una historia que seguro que si consigo explicarla con las palabras adecuadas, nadie quedará indiferente. Se remonta a mediados de Noviembre de hace cinco años, dividiéndose en varias etapas, el principio, los noviazgos y el desenlace final entre los protagonistas, Alicia y Carlos.

            Un 15 de Noviembre del 2006, el destino le preparaba a ella una grata sorpresa, una nueva persona se colaba en su vida de forma accidental. Volvía de la calle y allí estaba en su ordenador. Les había presentado accidentalmente un "amigo" común, que torpemente les había agregado a la misma conversación. La vena ética de Alicia salió a flote y quiso prevenir a esta nueva persona del mal tipo que era este personaje . De esta forma tan simple surgió la comunicación entre ellos. El resto lo hizo la curiosidad y la sorpresa de ir conociendo poco a poco a alguien que no sabes nada de él, ni su edad, ni su físico, ni su trabajo, ni su estado civil, ni su procedencia. La descripción fue asombrosa, pues compartían muchas cosas en común, salvo la distancia que les separaba. El resto se fue revelando con el paso del tiempo, incluidas sus voces aterciopeladas e imágenes de buenas personas. La evidencia se hizo firme, se gustaban y tenían la obligación de conocerse. Pero ella estaba realmente harta de solo tener rollitos de primavera y prefería esperar a estar más segura de querer conocerlo con fundamento... siendo el eterno fallo, que les atormentaría en años venideros..., no haberse conocido en ese momento.

            El tiempo pasó para los dos y las ganas de conocerse no menguaron, pero siempre salían excusas. Hasta que un año después, Carlos la llamó y le comunicó la noticia de que había decidió salir con otra chica que vivía en su ciudad. A ella, aquello le sentó como un jarro de agua fría, se vio obligada a cambiar su chip, para verle como un amigo y seguir su vida. Las comunicaciones entre ellos en el tiempo fueron más escasas, pero siempre en un tono de cordialidad y respeto. Excepto una noche, casi en el día de Nochevieja del 2007, que se rebelaron el uno al otro secretos ocultos que nunca antes se habían mencionado. Digamos que a partir de entonces se inició el declive de la relación de Carlos con su novia, pero Alicia quiso alejarse para no interferir en la relación de ellos dos. El tiempo siguió pasando y entonces fue ella la que empezó a salir con otro chico a mediados de Julio de 2008. En un principio para ella, aquello era un nuevo empezar de vida, dejando atrás muchos calvarios y penas, enfrentándose a algo nuevo, prometedor y lleno de vida, justo lo que ella necesitaba, la vida parecía que finalmente empezaba a sonreírle.

            Pero las alegrías no durarían mucho, porque los problemitas empezarían al poco tiempo con su novio, aunque juntos parecían que los iban esquivando. Y ya por Diciembre del 2008, Alicia le dijo a Carlos que tenía novio. Ahora los dos ya estaban emparejados, pero ninguno de los dos parecía estar feliz con su pareja. Así que Carlos se separó de su novia a principios del 2009, aunque seguiría coleando con ella unos meses más. Alicia, en cambio, duró con su novio, hasta mediados del 2011, aunque su declive empezó en el puente del Pilar del 2010. Las relaciones cuando son a distancia tienen tendencia a prolongarse en el tiempo... además de que te aferras a ellas, quieres luchar a toda costa, cuando en verdad, te equivocaste desde un principio... lo que no es, no es y hay que saber reconocerlo a tiempo... eso a Alicia se le daba muy mal.

            Era un secreto en silencio que Alicia volvía a sentir por Carlos, aunque tuviera novio y a toda costa quería conocer a Carlos para desvelar el misterio y quedarse tranquila con la idea de que sólo era una fantasía y Carlos era sólo un amigo cuando lo tuviera delante, como lo había sido todos estos años. Pero Carlos no quería quedar con Alicia, hasta que no tuviera novio, pues se sentía atraído hacia ella. Así que iban a distintos ritmos, seguían sin ponerse de acuerdo en cuándo y dónde verse, incluso ella tuvo que mentirle a él... para intentar conocerle... las cosas que a veces se hacen por forzar la situación. De todas formas no se conocerían en el 2010, ganas no faltaban, pero en el aire se estaba formando lo que sería el comienzo de una inmensa nube negra que les afectaría a los dos, sobre todo a ella que no sería consciente de la existencia de tal magnitud de problema hasta pasado un año. Y es así, como a duras penas, él sobrevivió 6 meses su particular calvario y ella el suyo propio, sin haber una comunicación entre los dos, incluso saltándose los cumpleaños que no se felicitaron ese año.

            Y por fin llegó el 2011, el año en que se conocerían, aunque eso no sería hasta finales, pues cada uno sufrió su particular condena en silencio, de la cual es mejor ni hacer mención. No fue nada fácil arrancarse a conocerse. Carlos seguía con sus problemas en el trabajo y Alicia tuvo que superar su situación sentimental de ruptura con su novio, que aunque parezca una tontería, una relación siempre crea mucha adicción y como una droga, tienes que pasar ese tiempo en el que tienes el mono, aferrándote a lo primero que te encuentras, sin obtener buenos resultados. Afortunadamente todo pasa y después de la tempestad, vuelve la calma. Después de varios intentos fallidos por culpa del planning de trabajo de Carlos, se iban a conocer en el puente de Noviembre... pero la suerte no quería sonreírles, pues ocurrió un malentendido entre los dos. Carlos se quedó desilusionado y Alicia se quedó hundida. Tuvieron que pasar tres semanas más de eternos sufrimientos para ella, pues le comía la ansiedad y la impotencia, viendo como su historia con Carlos se iba al retrete, borrándose de un plumazo cinco años de alegrías, penas, ilusiones y frustraciones, en definitiva, habían vivido la vida juntos sin darse cuenta, pero cada uno desde su ordenador.

            Creo que la familia, siempre ha jugado un gran papel en la vida de las personas, pues es ella la que te enseña los valores de la vida, tu educación y en definitiva tu forma de ser, pero no hay que menospreciar a las amistades, porque muchas veces son ellas las que te guían, te aconsejan e incluso te incitan a arrancarte... pero como siempre es uno el que al final tiene la última palabra y el que decide. Nadie va a decidir por ti, nadie va a hacer las cosas por ti. Y así es como Alicia se arrancó en lo que jamás ella nunca hizo antes por nadie, ir a la ciudad de él a verlo, después de haberle soltado a Carlos un emotivo monólogo que pensaba que él no leería y que él elegantemente se lo tiró por los suelos... Ella resurgió de su tristeza y por una vez en su vida se enfrentó a la clara posibilidad de que la rechazarán, desde la lejanía de su casa, en una ciudad fría y deshumanizada.

            El cuento de hadas comenzó un 22-11-11. Una fecha que ninguno de los dos jamás podrá olvidar por lo que significó, además de que la numerología parecía que seguía siendo una constante en coincidencias de sus vidas. Amaneció ese día en la vida de Alicia, había pasado una noche de perros, pues poco había dormido, además de sufrir muchos nervios. No sabía con lo que se encontraría en aquella ciudad, tenía un miedo horrible, miedo a que no estuviera allí, miedo a que la despreciara, miedo a la discusión, miedo a que ella no gustara, vaya!! que estaba más asustada que una niña en la peor de sus pesadillas. De todas formas, la decisión ya estaba tomada, había decidido luchar contra el miedo con todo el valor que le quedaba e iba a ir con todas su consecuencias. Las dos horas antes de que llegara su autobús a su destino fueron eternas. Por suerte, Carlos hizo apto de presencia con un sms en el que demostraba su intención de ir a recogerla, pero ella tenía que prever que su encuentro podría ser breve y tenía que buscarse a una amiga que recogiera sus pedacitos, pues no paraba de segregar adrenalina con tantos nervios...

            Caminaba firmemente por aquel largo pasillo, su largo abrigo negro le bailaba el movimiento, sus pantalones blancos, su jersey negro de amplio escote y los tacones de sus botines resonaban en cada paso. Ella recordó que se estaba cumpliendo la visión que había tenido semanas antes y que al final del pasillo junto al reloj, tendría que estar él esperándole. Fueron los segundos más intensos de ese día, cuando sus miradas se cruzaron POR FIN, ella bajo tímidamente la cabeza, lo había reconocido enseguida, lo mismo que él a ella. Se fue acercando igualmente con firmeza hacia él, buscando su cara, su boca y se dieron dos besos en la mejilla, seguido de un tímido roce de labios a modo de pico, que fue suficiente para que ella se relajara y supiera que él la aceptaba, no estaba enfadado con ella... Los siguientes minutos fueron densos para Alicia. Verse allí ya era como un sueño hecho realidad, lo tenía cara a cara y era mucho más guapo en persona, no era tan alto como pensaba, mucho mejor para la estatura de ella... vaya que físicamente sintió un flechazo hacia él. Después ya fue cuestión de hablar, de poco a poco relajarse, pues ella seguía nerviosa y él, aunque no parecía expresar nada por su seriedad, en la mirada se veía que había un mundo en su interior.

            Bajaron el ascensor hacía el parking y no paraban de intercambiar sus primeras impresiones como si se conocieran de toda la vida. Fue tan bonito todo... subirse a aquel maravilloso coche que ya conocía por fotos y ver lo simpático del despiste de él, que casi se iba sin pagar el ticket. Fue fruto de los nervios que también tenía Carlos. Ella se sentía tan a gusto en aquel habitáculo, pero sobre todo por él, su caballero, el príncipe de sus sueños, aquel hombre que le tuvo desvelada tantas semanas, que le hizo soñar, reír y llorar, que le hizo sentir... ahora lo tenía delante como si fuera una película de las de verdad. Salieron a la superficie de la ciudad e impresionaba el reprís del turismo. Ella se sentía extraña allí, pero a la vez era como si fuera su sitio de toda la vida. La conversación entre ellos era fluída, incluso con sus momentos de silencios, como si todo se rigiera por un guión que hacía que bailaran al mismo son... cuando de repente sonó en la radio Lady in Red... el corazón brincó y a continuación él dijo que le gustaba mucho, como a ella... Se respiraba en el aire tintes de mucho romanticismo y eso a ella le encantaba, sintiéndose más cómoda todavía. Mientras que él conducía, ella iba recordando los lugares por donde iban pasando, hasta que llegaron a su destino, una encrucijada de calles en el barrio antiguo, donde volvieron a relucir los aparentemente controlados nervios, pues se rozó con otro coche :-).

            Y después de dar una pequeña vuelta por los alrededores, la llevó a uno de los mejores restaurantes de la zona, famoso porque allí va gente muy importante. Los situaron en una mesa hecha para ellos, pequeña pero justa para que entraran los platos. Una vez allí todo fue aún mejor, más rodado que en el coche, pues las miradas ya eran cómplices y las piernas de ellos se rozaban, se cruzaban e incluso se abrazaban, era una sensación tan placentera... Desde fuera parecían como dos enamorados, que ni ellos aún eran conscientes de lo que les está pasando. Los platos se iban sucediendo y él repartía con gran destreza, todo un experto en la mesa... daba gusto comer a su lado por su sutil delicadeza, refinada educación y el hecho de que no dejaba de mirarla atentamente. Tanto fue así que Alicia quedó por unos minutos hipnotizada con la tonalidad de sus ojos. Fue otro momento excepcional de ese día para ella, a esas alturas ella ya era más que consciente que su viaje ya merecía la pena de sobra. Era feliz por haberlo conocido y si se tenía que irse en ese momento para casa, ya se iba contenta, pues ella no sabía si él tenía que trabajar por la tarde. Además el vino, hizo sus pequeños estragos entre ellos, por lo menos ella se veía más desinhibida para hablar de lo que fuera. Lo único que ella recuerda es que con tantos nervios que había padecido, sentía que le faltaba algo para grabar todos esos minutos junto a él, su amado, porque ella ya estaba rendida a sus encantos... eran las sumas de demasiados detalles juntos, entre todos los años pasados y ese día...

            Casi dos horas habían pasado en el restaurante y al levantarse de la mesa, pasando por los estrechos pasillos del restaurante, Alicia sentía que el brazo de Carlos quería posarse en ella, pero no se atrevía. Al salir del local, había que pensar en el siguiente paso, que era buscar un hotel, en el que él la acompañara, pues no quería estar sola en esa gran ciudad. Fue cuando le agarró de la cintura y ella le correspondió con lo mismo. Caminaban por la calle abrazados como una pareja normal. Si alguien lo viera desde arriba diría que hacían una bonita estampa y que apostaba que se estaba cociendo un gran amor, por lo menos en ella, que tenía activada la sensibilidad a tope. Le emocionó el detalle de la llamada de él hacia su mejor amigo para gestionar la reserva de hotel, como viendo que él ya tenía algo preparado y se había buscado algo digno para ella. Creo que él nunca sabrá que ella agradecía con ilusión todos esos pequeños y grandes detalles que tuvo hacía ella. La hizo sentir hasta ese momento como una reina en su cuento de hadas y todo salía con tanta fluidez, que podría asustar, pero no, disfrutaban a tope como si se fuera toda una vida en ello.

            Increíble!!! Estaban llegando al hotel, era un hermoso rascacielos, pero antes tenían que pasar por los túneles del subterráneo. Una vez aparcados en el garaje, ella se acercó a él y le abrazó con fuerza para darle un señor beso, para demostrarle su agradecimiento por todo lo que estaba haciendo por ella, además de lo que estaba dispuesta a darle esa noche... Y así fue como se registraron en ese hotel de 5*, un lugar con una decoración vanguardista. Fue como recrearse en la película de Pretty Woman, subiéndose a ese ascensor de tantos espejos, con algún ejecutivo y chirriándoles los oídos por la presión. Llegaron a la planta veinte con vistas al mar de aquella capital y ainsss..., mirando por aquel ventanal en la noche, Carlos la abrazó con dulzura. Sus caricias empezaron a hacer apto de presencia y le sabían a gloria. Ella saboreaba todos esos momentos, esos juegos previos, esos tonteos, disfrutando con plena conciencia de que por fin estaba con él, que por fin estaba en el lugar adecuado con la persona que siempre había soñado. La seguridad de Alicia iba creciendo a cada segundo, con la loca idea de que Carlos era el hombre de su vida, su futuro marido y Carlos sin enterarse...

            Podría explayarme en esta parte del cuento con gusto, pues es la más dulce, la más sensual y juguetona, pero creo que es algo que se quedará en las mentes de ellos dos. Fue su gran momento. Allí sólo hubo amor por activa y por pasiva, nada ni nadie ya puede estropear lo que se procesaron el uno al otro. Fueron miradas, caricias, besos, masajes y tanto respeto... Se les hizo de noche y la verdad es que no tenían ganas de cenar, así que salieron a la calle a comprar algunas cosillas que les faltaban, para luego cogerse completamente del todo. Por fin se vieron desnudos, sus hermosos cuerpos abrazados, que encajaban como si fueran un perfecto molde y se movían en perfecta sincronía. Parecía increíble pensar que era la primera vez que se veían y funcionaran tan bien, como si se conocieran de hace años, pero en realidad, no era del todo falsa la idea, pues a lo largo de cinco años, se fueron contando sus cositas, lo que les gustaba y lo que les disgustaba. Creo que se conocían perfectamente sin hablarse, porque ufff... Carlos besó el cuello de Alicia, con tanta firmeza, que ella casi estalla. Son tantos pequeños detalles, como si los cuerpos de ellos estuvieran extremadamente sensibilizados a sus roces. Nada malo podía pasar y había todo el tiempo que dictara esa noche. Simplemente eran cómplices de cuerpo y mente, por eso todo salió mejor de lo esperado. Durmieron pegaditos en una de las camas, abrazaditos y haciéndose la cucharita.

            Estaba amaneciendo y ella se retiró un poco de él, para ver su silueta mejor, al fondo se veía el celeste cielo despejado de la ciudad, que asomaba por el gran ventanal, como si estuvieran en las nubes. Alicia empezaba a sentir algo muy fuerte en su corazón que le oprimía, por un lado sabía que aquello se acababa y por otro no podía creer que tanta felicidad le inundara. Veía a Carlos dormir y quería abrazarlo, besarlo.. entonces él se despertó suavemente, con dulzura, parecía que tenía un buen despertar y le dijo a Alicia que no lo dejara sólo, que le abrazara para calentarle la espalda, que su calor le venía muy bien. Ella volvió enseguida y se quedo un buen rato contemplándole. No podía creer la gran belleza de su rostro al despertar, lo notaba, se había enamorado de él perdidamente y aún le quedaban fuerzas para separarse de él, no entretenerlo más y dejarlo partir hacia su trabajo. Salieron de la cama y se abrazaron frente al espejo, definitivamente hacían muy buena pareja. El momento más erótico fue en la ducha hidromasaje. Se fueron a duchar juntos y fue una explosión de sensualidad a raudales, fue alucinante. Creo que lo que se vivió en aquella habitación entre los dos fue algo digno de recordar toda la vida y que espero que las memorias de ambos no lleguen a olvidarlo nunca. A veces pienso, que la cámara interna de nuestro cerebro se bloquea cuando lo está pasando tan bien, que se olvida de grabar y es una pena. Quizás la mejor forma de recordar es estar los dos juntos y comentarse todos los momentos que les gustaron, así ESE MOMENTO, sería inmortalizado.

            Carlos llevó a Alicia a la estación de autobuses, pero fue un viaje que no fue tan dulce, pues empezó a sentir el estrés que diariamente él tenía en su trabajo. Sus móviles no paraban de vibrar, tuvo que cambiar varias citas, resultaba algo caótico verlo conducir y a la vez responder mensajes. No fue tan bonito. Así que en la estación de autobuses desayunaron bien pero con prisas y malamente. Alicia le animaba a que se fuera a la oficina pues ella sabía cuidarse muy bien y ya se sacaría el billete de vuelta, pero él, la verdad es que no quería que se fuera. Alicia se preguntaba si hacía bien en irse ese día o era mejor quedarse otro más, pero viendo el panorama tan agobiante que tenía, era mejor dejarle libre. Porque cuando realmente se quiere a alguien, es mejor no retenerlo y si tiene que venir, que venga por su propio pie. Se despidieron en el coche, un fuerte beso y abrazo... La última imagen de Alicia fue verlo salir a la calle en su coche y pararse en el semáforo del fondo. Lo curioso, es que con tanta pasión, amor, alegría y estrés, no soltó ni una lágrima. Estaba tranquila. Espero sus dos horas en la estación, hasta que saliera su autobús, mientras escribía algo y se compraba el amuleto que le faltaba, el cuarzo rosa. En verdad, se sentía radiante, feliz y era algo que todos sus poros emanaban. En su mente tenía la firme idea de que volvería a esa ciudad en poco tiempo, que terminaría lo que tenía pendiente en la suya y se buscaría de alguna manera la vida allí, para estar más cerca de él y seguir conociéndose, para que eso que ella presentía con tanta rotundidad, cuajara.

            Y para terminar, sólo queda recordar que esto es sólo un cuento, que nada es verdad y sólo ha sido un bonito sueño que duró veinte horas, porque la realidad es bien distinta. Ella sí le quiere a él, pero él... él... está perdido en un océano de problemas que no le deja ver más allá, que salvar su lindo culito. Este cuento va dedicado a Carlos, por ser tan bella persona, para que sepa, que cuando todo esté oscuro, negro y no vea la luz, hay una persona que en la lejanía le proporcionará esa luz que necesita de forma desinteresada, porque ella, está deseando dar y dar. No es una obsesión, es sólo amor del bueno, que cuesta ver si no tienes todos los sentidos despiertos. Cuando se ama, se hace desde la libertad, sin reglas, solo das y punto. No es algo premeditado, es algo tan natural como el amor en sí, hay quien lo toma y hay quien lo deja, pero la vida sigue... La vida da tantas vueltas y si no, que se lo digan a ellos, que siguen dando vueltas... al menos siempre quedará la amistad. De todas formas, mientras haya esperanza, ilusión y fé, los cuentos de hadas existirán y algún día con suerte los puedas seguir viviendo el resto de tus días... basta con que dos personas se pongan de acuerdo, porque el amor en la realidad siempre será mejor que en la ficción o el que ves en las películas. Ya sabes, esto va por ti, que me lees. Un beso.

            Escrito el 3 de Diciembre de 2011.

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