jueves, 11 de octubre de 2012

Saber Perdonar...


          Perdonar no es anular, como si nada hubiera ocurrido; ni es olvidar, como si fuera posible una amnesia súbita; ni es no tenerlo en cuenta, ser imprudente y no aprender de la experiencia. Perdonar no significa ser ni ciego ni ingenuo. Lo hecho, hecho está y no hay dios que lo cambie.
          Perdonar no implica tampoco, necesariamente, otorgar clemencia y suspender el castigo impuesto. Se puede y se debe castigar cuando buscamos corregir, pero nunca deberíamos castigar con odio, porque en eso consiste la venganza. Vengarse es devolver mal por mal, es echar más leña al fuego y hacer que crezca más y más. Tenemos que combatir el mal, acabar con él, pero al mal se le mata mejor envenenándolo con el bien.
          Perdonar es dejar de odiar, es acabar con el rencor, terminar con el resentimiento. Perdonar es renunciar a la venganza ¿Y eso cómo se hace? Tenemos muchos ejemplos de hombres sabios que supieron perdonar. Si tuviéramos que resumir en sólo dos palabras EL MENSAJE, una sería PERDÓN y la otra AMOR. Dos ejemplos distintos de perdón, uno desde la COMPRENSIÓN, identificándonos con el pecador: "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra". El otro en el que perdone a sus verdugos porque no saben lo que hacen. Lo que en realidad se hace, más que perdonar es AMAR COMPASIVAMENTE, que es esa forma de amar universal, sublime y casi inconcebible. Y cuando amas no es preciso el perdón.
          Nosotros estamos muy lejos de ese amor que incluye al malvado y al enemigo. Para llegar ahí, tenemos antes que perdonar a quienes tenemos muy cerca y les guardamos rencor. A veces esas personas con las que estamos resentidos son tan cercanas como los padres. Oscar Wilde decía en 'El retrato de Dorian Gray': "De pequeños los niños aman a sus padres, cuando crecen los juzgan y sólo a veces los perdonan. En eso, dicen algunos, consiste la madurez".
          Habrá quien no sepa perdonar, pero los hay también que no quieren perdonar. Si éste es tu caso, no perdones y quédate con tu rencor, pero has de saber que en el pecado tendrás la penitencia, porque el rencor es triste y el perdón alegría.


          Saber Perdonar es algo muy importante y de mucho valor espiritual. Cuantas veces una relación ha llegado a su fin por no brindar un sano perdón al ser que amamos. Sin embargo a pesar de la convicción de nuestras faltas cometidas tendemos a pensar que pedir perdón significa cobardía y hasta falta de personalidad.
          La realidad es que si estamos seguros de haber cometido un terrible error no debemos dudar jamás ofrecer disculpas al ser que hemos ofendido. Cómo podremos pedir perdón si no practicamos el saber perdonar?
          Hagamos una sana costumbre en nuestra forma de ser el saber reconocer nuestras faltas y expresar siempre desde el fondo del corazón un sincero…Yo te perdono…Cuanta salud y paz interior podremos encontrar en decir esta frase de todo corazón.

ERRAR ES HUMANO PERDONAR DIVINO

Y MI PREGUNTA SABES REALMENTE PERDONAR???

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