domingo, 23 de diciembre de 2018

Ese Eterno Abrazo!!!




     Aún te siento... Eso era lo que me decía, cuando una canción me recordaba que aún te sentía, como si fuera ayer, que no te habías ido de mi corazón, que aunque hubieran pasado 4 años largos desde la última vez que supe de ti... estabas dentro de mí... Que aunque ya hubieran pasado 5 meses sin saber nada de ti por escrito, seguías en mis pensamientos y me sentí inundada por un fuerte calor, que amenazaba por derramarse en lágrimas... Era tan consciente del amor que sentía por ti, que no podía causarme dolor, sino placer de saber que aún estaba viva, que tenía capacidad para imaginarte y recordar tu abrazo... Ese eterno abrazo, que cuando lo notaba, me sentía llena, completa... eras tan grande, que cuando tus brazos me rodeaban, me sentía pequeñita a tu lado y a su vez tremendamente protegida, como si por estar a tu lado, no sintiera miedo a nada, pudiera alcanzar todo lo que me propusiera, esa sensación de POR FIN, estoy con quien tengo que estar, esa persona que me llena, que me entiende, que no tengo que darle explicaciones, porque me conoce, porque me acepta tal como soy y porque va a estar ahí siempre, que no desaparece ante cualquier dificultad... Es esa persona eterna, que está conmigo, que no es necesario que me esfuerce por gustarle, porque es para mí, porque fluye el estar con él, porque es su esencia la que me retroalimenta mi propio espiritu, porque es lo más hermoso que ha pasado en mi vida, el encontrarme conmigo misma en otra persona y así mi corazón se expande... Porque todo fluye, como tiene que ser, porque le miro y me veo... Sí, es él.

     Me emocionaba una y otra vez, al leer mis propias palabras, como una eterna enamorada y me imaginaba su cara si pudiera leerme... Seguro que se sentiría muy orgulloso de que yo existiera, porque se sentiría tan querido, como yo me siento de él... Y ya no en la distancia, sino en el propio olvido... el olvido de un silencio forzoso, cuando uno se da cuenta que la vida en este mundo es pasajera, pero con la alegría de que esto no se acaba aquí, que la vida sigue dentro de mí, aunque no pueda ver su dulce cara de niño bueno, que en verdad es la que yo veo en mí, cuando me miro en el espejo... Y que más da, si no encuentro a otra persona que sepa apreciarlo... Porque sí.. Tenía activado sensiblemente el detector de personas, que no sabían mirarme, que no eran yo... Sus vidas eran muy diferentes a la mía y no era fácil que percibieran mi esencia... porque yo sí sabía que mi esencia era exquisita, lo mismo que cuando me dejaba llevar por mis palabras escritas en cualquier texto inspirado en su recuerdo... el recuerdo de mi muso, de mi amor eterno, de mi amor incondicional, que por más veces que pudiera explicarlo con el propio verbo no era apto para cualquier humano, si no éramos él y yo... Siempre juntos, él y yo, porque fuera de este círculo pocas personas llegarían a entender nuestra esencia... Había escuchado tantos "peros", que para qué explicar, quien era él... él era yo y yo era él...juntos y separados en este mundo con la ilusión perpetua de algún día volver a coincidir en alguna parte de esta maravillosa vida, como él la llamaba... Él era mi maestro y yo su alumna, yo era su diosa y él mi admirador, ambos eclipsados por nuestra formas de ser... sin más comparativas, simplemente mirarnos y estaba todo dicho...

     Aún recuerdo cómo me admiraba cuando lo escuchaba, cuando lo leía, no recuerdo otra persona en mi vida, que me causara tanto impacto en mí misma... Me daban ganas de seguir aprendiendo más y más para que pudiéramos compartir esa luz que hay en los dos... Luz y tinieblas... sí, tinieblas eran de esperar con tanta luz, no podía ser todo perfecto... era justamente esa imperfección la que le daba tanta vida a nuestra vida... La que me hacía consciente de todo lo que existía a mi alrededor... Fue esta tiniebla, la que me hizo apreciar con más exactitud en qué consistía el quererme... Creo que por fin, había entendido la lección... No podía permitir justificar a más personas en mi vida, que me dieran de largo, que me hicieran sentirme pequeñita a su lado, que me rechazaran cuando yo sabía que valía mucho...Había escuchado tantas veces... "Yo soy así, lo tomas o lo dejas" y como yo me sentía tan buena, aceptaba el aguantar los vas y vienes de algunas personas en mi vida, incluso de personas que durante muchos años tenía la creencia de que me querían, de que las quería... Pero a mi me habían enseñado desde pequeñita a razonar, a pensar, a ser objetiva, a darme cuenta de los hechos y en estos últimos años aprendí a ser consciente... Que cuando una persona, no propone, no te llama, no saca tiempo para estar contigo, es una forma de aceptar que no te quieres suficiente... Así es, no era cuestión de echarle la responsabilidad a la otra persona o peor, echarle la culpa de su trato hacia ti... No, esa no era la cuestión... Esa persona sería como tuviera que ser, no era tu responsabilidad el que actuara de una forma o de otra... Tu misión era saber quererte, detectar a personas que supieran quererte y que supieran hacerlo con toda la salud del mundo, esa que hace que quieras ser mejor persona, como la persona que desde hace muchos años me inspira en la distancia y ya en el olvido...

     Me llenaba de fuerza, pensar, que esa persona querría que fuera feliz, que me esforzara por ser mejor persona, aunque no estuviera presente... Creí sentirme como sienten muchos viudos o viudas, cuando se muera  esa persona que tanto han amado. Por eso mismo, sacaba fuerzas de donde parece que no las hay... y no podía permitirme el lujo de rodearme más tiempo de personas que realmente no sabían quererme, no sabían apreciarme, que siempre buscaban excusas para no pasar momentos de calidad en mutua compañía... Me daba igual que fuera un amigo de toda la vida...quizás me daba cuenta que aún estaba a tiempo de rectificar todo ese tiempo empleado en una creencia que realmente no existía... Me limitaba a agradecer esos momentos que ese amigo me hizo sentirme bien e incluso sentirme apreciada con su cariño, aunque fuera en otro nivel diferente... Era hora de soltar ese anclaje de personas que decían "SOY ASÍ" y yo excusarlas, con el pobrecito... es que es así, hay que saber entenderlo... de tal forma, que consentía algo en mí misma, el hecho de que no tenía derecho a recibir dignamente el hecho de ser querida por otra persona, aunque fuera un amigo... Creo que ahí estaba la cuestión... 

     Y aunque el apego, me hacía llorar y sentir tristeza, sabía que era una liberación... era una salida digna para mí misma, tenía que demostrarme..., tenía que sentir de nuevo ese amor en mi persona y la mejor manera era estando rodeada de personas que lo sintieran de igual manera... Y si no existía ninguna persona más, recordarme que aún existía yo y la gran experiencia de haber compartido unos maravillosos días con esa Persona... Dios cómo la amo todavía!!! Y aún amándola todavía... sabía que ya estaba en condiciones de volver a amar y si cabe con más intensidad... Del pasado había salido reforzada, del presente había aprendido a tomar decisiones y del futuro, sabía que este amor que hay dentro de mi anterior, seguiría vivo y que volvería... Lo sabía, porque sigo creyendo en él. Y LO QUE CREES, CREAS. :-)

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