domingo, 15 de octubre de 2023

Mi QUERIDO DESCONOCIDO

    Mi querido desconocido... 

         Hace muchos años que no escribo una carta con sentimiento. Hace mucho tiempo que no me quejo, que no controlo mi vida, que me dejo llevar, que no pongo orden... Pero sabes... echo de menos ese incondicional amigo que siempre está ahí cuando lo necesito, esa persona a la que no tengo que pedirle perdón porque me entiende... porque sé que me quiere incondicionalmente, esa persona que no tengo que mostrarle que soy fuerte, porque me acepta como soy. También echo de menos esa personita que sea empática conmigo que me sepa cuidar en la distancia, aunque no esté al lado mío. Esa persona que sabe cómo pienso y lo que siento. 

         Para mí se me hace muy duro conocer a alguien nuevo. No sé si voy a tener la suficiente paciencia para ir conociéndolo poco a poco. A veces tengo la sensación de que lo decepciono y otras tengo la sensación de que me decepciona. No puedo olvidar mis XX años de vida. Yo sé que mi vida siempre ha sido muy intensa. Mi vida no es una vida normal, no es nada típica y jamás he hecho lo que normalmente suele hacer la gente. Me he guiado por mi instinto y otras tantas veces lo he ignorado. Creo que cuando lo ignoro es cuando la cago. 

         Intento ser comprensiva, ser paciente, no esperar nada de nadie, dar mucha libertad a las personas, porque solo así sé que quieren estar conmigo. Pero no soy una novata de la vida. Yo sé lo que la mayoría de los hombres piensan, sé cómo actúan, sé lo que quieren, hasta conozco sus debilidades, pero no es eso lo que yo quiero para mí. 

         No me apetece tener que estar explicando todo el tiempo lo que me gusta, lo que quiero y lo que no quiero. No estoy aquí para explicar las reglas del juego, no soy la madre de nadie y tampoco quiero un padre para mí. Solo quiero un compañero de vida, alguien que se preocupe de mí, que sepa que yo sé lo que él piensa o siente, que me dé esa seguridad. Quiero alguien que tenga ilusión por darse a conocer, que se note que tiene ganas de que lo conozca y por ende, que tenga curiosidad por conocerme. 

         En mi vida, ha habido de todo, sobre todo mucho sexo, porque siempre me ha gustado mucho... Pero a mi edad, ya no es tan importante, puedo prescindir de él, porque lo que más echo de menos es el cariño, esos abrazos, es el roce, son las caricias, son las miradas cómplices, es lo que cursimente se llama romanticismo y que yo tanto oculto o no quiero que sea tan empalagoso. 

         Es verdad, desconfío, pero no es mi mochila, es la parte práctica que he aprendido con mis años de experiencia. He aprendido a no engancharme, a ser fría y a decir las cosas tal como son, gusten o no gusten. Así hice cuando conocí a la persona que más significó en mi vida, que le decía las cosas con mucha frialdad, pero también aprendí a dejarme querer y comprendí que quien me quiere bien me aceptará cuando me equivoque. 

         Adoro la cercanía, no me gusta la distancia y no me refiero a la distancia física. Yo sé cuando alguien empieza a quererme y me trata con cercanía, porque me llama de manera especial, porque usa todas sus herramientas para transmitírmelo. Soy bastante visual, necesito ver, necesito que la otra persona me transmita, con palabras con emoticones, con gif, con lo que sea, que se "esfuerce" por ser original conmigo para que sepa que yo soy especial para esa persona... De lo contrario, mi inconsciente me manda mensajes de que estoy frente a una persona común, incluso puede que sea igual a otras que ya conocí en el pasado. 

         Mi querido desconocido, no te voy a contar mi pasado porque no creo que te interese, pero tal vez, podrías entender cómo siento yo a la gente. Cuando estoy frente a una persona especial, hay chispa, no nos disculpamos por tonterías, simplemente estamos cuando pensamos el uno en el otro, es un hilo rojo que jamás nos separa. Es una sensación preciosa, es mucho mejor que el enamoramiento, porque sabemos que pase lo que pase será para siempre. Es mejor que los matrimonios que luego se divorcian y no vuelven a hablarse. Esa persona es para siempre... 

         Por eso, tú que eres mi querido desconocido no lo sabes, pero tampoco sé si estarás a la altura de entenderlo... Puede que si me lees no entiendas nada o te parezca una estupidez, pero tal vez sea mi manera de comunicarme contigo sin que te sientas mal... Es un largo camino que tenemos que andar, hasta que llegue un momento que con una simple frase, o con mi tono de voz, o incluso si no te escribo, ya sepas cómo estoy... Es algo mágico... 

         Para mí supone un gran esfuerzo darme a conocer, es más bonito conocer a alguien que dejarse conocer... Pero hay personas que no se dejan conocer... simplemente les gusta jugar y jugar no es malo, es divertido, pero no lleva a ningún sitio. Yo me siento muy orgullosa de cómo soy. Hay gente que enseguida me intuye y hago muy buenas migas con ella y el tiempo demuestra que se generó una bonita amistad. Otra juega conmigo, jugamos, pero luego se demuestra que ese juego estaba vacío, que se falta el respeto, que no lleva a ningún lado, porque tal vez sea una persona vacía o llena a su manera. 

         No, no es fácil comunicarse con alguien y decirle lo que no te gusta de él y que tal vez pueda corregir... Sí, es posible que yo sea bastante detallista... o al menos lo intento... Me esfuerzo por dejarme conocer cuando veo algo interesante en alguien... Pero eso no quita que también sea persona humana y tenga mis miedos. Miedo a ser descubierta por otra persona y no sea suficiente, miedo a que me roben el corazón por alguien sin corazón, miedo a estar con alguien que no tenga una buena salud mental, miedo a caer en la dependencia... 

         Pero mi querido desconocido, lo que siempre voy a echar de menos es más cariño, esa manera de dirigirte a mí con ese amor incondicional, en el que me dices... todo está bien XXX, no pasa nada, yo voy a seguir aquí contigo e intentaré ser mejor persona por mí y por ti... Quizás es lo que yo misma haría con esa persona que quiero. 

         Ojala todo el mundo supiera comunicarse y escribiera cartas a sus queridos desconocidos, para infundir valor, paciencia y fueran conscientes de cuando se olvidan de algo... No somos ni superman ni superwoman, somos personas que solo queremos que nos quieran.



No hay comentarios:

Publicar un comentario